el cine que devuelve la virginidad para, gozosamente, perderla poco después

25.2.15

Ovidie, libertad sexual y pulsión

Ovidie
programa doble

Liberté sexuelle (2012) Ovidie
La propia Ovidie, tras "Histoires de sexe(s)" y su continuación "Infidélité", se adentra, como periodista, en una comuna en la que impera la libertad sexual, sin embargo no es diversión todo lo que se encuentra allí, y acaba decantándose por la vida en pareja, la monogamía, la fidelidad y el compromiso de pareja de toda la vida. Inteligente, lúcida y también excitante, la realizadora gala sin duda tiene ojos para ver que en la propia idea del "amor libre", o del "metasexo" que diría Marco Vassi en "El manifiesto metasexual", queda excluída la familia y lo que se impone es la divertida lubricidad, pero quizá girando en círculo, con las sombras de unas relaciones personales-amorosas sin tanto compromiso, que no avanzan, aunque conviene recordar que el propio Vassi entiende que son relaciones legítimas en las que además los celos no tienen ningún sentido, pues no se quiere entrar en lo que él denomina "sexo", la búsqueda consciente de la continuación de la nunca bien ponderada especie humana. Ovidie parece harta de girar en la rueda del sexo descomprometido, no explicita una distinción femenina entre la clitoridiana y la madre, por ejemplo, pero sí apuesta finalmente por dejar la comuna a su aire, y volver con su pareja, es decir, si debe escoger entre el deseo indeterminado y el amor de pareja, lo hace por el amor. Y escoger el amor también forma parte de la libertad sexual.

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Pulsion (2013) Ovidie
En una clínica-casa de campo se dan cita hombres y mujeres que tienen algún que otro problema/desviación de la norma relacionado con el sexo, como el Trastorno de Excitación Genital Permanente, en el otro lado del espectro la asexualidad, hay quien sólo se excita con la infidelidad, o arriesgándose sexualmente en situaciones peligrosas, un gigoló que afirma que su profesión no es ningún chollo, como comúnmente se cree... Y como Ovidie, además de inteligente tiene sentido del humor, acaba la película (no, no cuento el final) con un poco de sentido del humor, relativizando quizá lo que es y no es un problema sexual, o afirmando sutilmente que todos somos raros en esto del sexo. A mí, por ejemplo, realmente me parece de lo más sensual el fetichismo del pie, quizá soy un piscis al uso, otros disfrutan con cachetes, o zurras de mucho cuidado, y hay quien se dedica a mirar, o a exhibirse, sin más. En realidad, según los criterios de hace apenas unas décadas todos somos ya unos pervertidos de cuidado, voyeurs de tomo y lomo, haciendo uso abundante del autoerotismo, creyéndonos la mar de libres con la libertad sexual, sin embargo para Beatriz Preciado "tanto la masturbación como el control de la reproducción simbolizan el nuevo capitalismo". Y quizá haya algo de eso. ¿Quizá ahora sea la dictadura del placer, "la sociedad del rendimiento" de la que habla Byung-Chul Han en "La sociedad del cansancio"? Lo dejo en el aire.

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Y otros lugares, para ronronear en buena compañía
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